Política

Cronología de la barbarie en Ucrania en cinco fases

Shutterstock / ChocoPie

Alberto Priego, Universidad Pontificia Comillas

Cuando se cumple un año de la invasión rusa de Ucrania, la realidad se esfuerza por recordarnos la crueldad de la guerra. Desde que el presidente Putin diera la orden de invadir Ucrania, un número indeterminado de personas (110 000, según la ONU y 200 000 según Estados Unidos, de los cuales 40 000 son civiles) han perdido la vida en este conflicto.

El número de personas que ha tenido que abandonar su casa (15 millones) duplica al de la Segunda Guerra Mundial. Si nos centramos en los niños, las cifras son aún más devastadoras: los muertos superan los mil, los desaparecidos son más de 300 y unos 12 000 han sido raptados por las fuerzas rusas.

Con esta apocalíptica situación entramos en el segundo año de guerra, fecha muy adecuada para hacer un balance de lo que ha ocurrido desde el 24 de febrero de 2022.

Maniobras militares previas

Si bien es cierto que la invasión de Ucrania no comenzó hasta 2022, los ejercicios militares llevados a cabo por Rusia durante el otoño de 2021 y durante los primeros meses de 2022 no fueron más que un preparativo para la guerra. De hecho, entre el 10 y 20 de febrero de 2022 en el marco de los ejercicios “Determinación Aliada”, Rusia y Bielorrusia desplegaron un volumen de fuerzas militares (30 000 hombres) que, según Estados Unidos, suponían el 70 % de lo necesario para invadir Ucrania.

Los efectivos humanos movilizados en la frontera, el despliegue de misiles S-400, los aviones Su-25 y Su-35 (traídos del este de Rusia), así como los 15 buques de guerra desplegados en el Mar Negro, no hacían presagiar nada bueno.

Sin embargo, en defensa de los que no anticiparon la invasión, hay que decir que este tipo de ejercicios habían sido habituales en los años anteriores y, de hecho, en septiembre de 2021 los ejercicios ZAPAD fueron mucho más masivos, con la movilización de hasta 200 000 soldados rusos.

Entre el 17 y el 21 de febrero, los líderes de las autoproclamadas repúblicas de Luhansk y Donetsk denunciaron ataques por parte de Ucrania y solicitaron formalmente ser reconocidas como independientes.

El 21 de febrero Putin dio un discurso al pueblo ruso en el que afirmó que la creación de Ucrania había sido un error y que se había convertido en un régimen nazi y rusófobo.

Para revertir “esta situación” Putin solicitaba al Consejo Federal el uso de la fuerza para “desnazificar” Ucrania. Dos días más tarde, a las 6 de la mañana, las fuerzas rusas acumuladas en la frontera con motivo de los ejercicios militares lanzaban “una operación especial” en Ucrania.

Fase 1: Guerra relámpago – cambio de Gobierno (24 de febrero–6 marzo)

El plan del Kremlin era lanzar una triple ofensiva (desde Rusia hacia Kiev, desde el Donbás hacia Jarkiv y desde Crimea hacia Jersón) que debería haber hecho colapsar el país en poco más de 15 días. Una vez depuesto el gobierno ucraniano, situaría al frente del mismo a un títere (probablemente a Viktor Medvedchuk) quien, siguiendo el modelo de Crimea, solicitaría la adhesión de Ucrania a la Federación Rusa.

Si bien es cierto que las experiencias pasadas en Georgia y Crimea hacían pensar que podría ser posible, la reacción del presidente Zelensky y la numantina resistencia de la población ucraniana impidieron que el plan pudiera consumarse con éxito.

Frente a esta estrategia rusa, Kiev preparó una estrategia interna y otra para el exterior.

En el plano interno, el 25 de febrero, el gobierno Kyiv publicaba un vídeo en el que sus miembros, vestidos de militar, anunciaban su voluntad permanecer en sus puestos, lo que provocó que la población se alzara en armas contra el invasor.

Además, en el plano internacional, Zelensky se dirigió a los principales parlamentos del planeta haciendo que la causa ucraniana se convirtiera en la causa de todos los demócratas del mundo.

Así, 15 días después del comienzo de la invasión y a pesar haber ocupado el 25 % del territorio ucraniano, Rusia no pudo seguir avanzando.

Residentes de Irpin abandonan sus hogares el 9 de marzo de 2022 mientras las tropas rusas bombardean la ciudad. Shutterstock / Drop of Light

Fase 2: Primera ofensiva ucraniana (7 marzo–6 mayo)

Una vez Kyev recibió las primeras remesas de armas, Ucrania pasó de la defensa al ataque. Partiendo de la capital, los ucranianos avanzaron por las dos orillas del Dniper liberando ciudades como Bucha o Irpin, donde la salida de los rusos hacía visibles los crímenes contra la humanidad que allí habían cometido.

En esta fase se produjeron las primeras visitas de líderes extranjeros, lo que debe ser interpretado como el inicio del apoyo decidido a Ucrania.

Por otro lado, tanto en el este como en el sur se produjeron avances importantes de los ucranianos, llegando el 7 de mayo a expulsar a los rusos de Jarkiv y estabilizando el frente en el Donbás y en el ur (Oblast de Jersón y Zaporiya).

Mención especial merece la resistencia de Mariupol, ciudad que con su sacrificio drenó muchos recursos humanos y materiales de Rusia.

Refugiados ucranianos de Mariupol en la estación de tren de Lviv esperando para escapar a Europa el 24 de marzo de 2022. Shutterstock / Ruslan Lytvyn

Fase 3: Avance ruso – entrenamiento ucraniano (7 de mayo – 25 de agosto)

Entre mayo y septiembre los rusos cosecharon algunas victorias, esencialmente en el Donbás. Los avances rusos venían precedidos de ataques con artillería sobre el territorio que posteriormente ocupaban. Los ucranianos se limitaron a mantener las posiciones ganadas en la fase anterior, mientras soldados ucranianos se entrenaban, en lugares como Alemania, Reino Unido, Estados Unidos y España sobre el funcionamiento de las armas que posteriormente iban a usar en la siguiente fase: los HIMARS y los AGM 88 HARMS

Fase 4: Segunda ofensiva ucraniana (25 agosto – 11 de noviembre)

A finales de agosto comenzó la segunda ofensiva ucraniana. Si bien es cierto que los HIMARS habían centrado su acción en el frente sur, sobre todo en Crimea y en las líneas de suministro que salían de sus bases, Kyev apostó por una ofensiva en el noreste, algo que cogió por sorpresa al Kremlin. Este hecho propició que Rusia reforzara sus líneas moviendo 25 000 hombres de la zona del frente norte al sur.

Con las defensas debilitadas en el noreste, el ejército ucraniano hizo uso de los AGM 88- HARMS, un misil que actúa contra los radares limitando la capacidad de detección de movimientos de tropas, que permitió que la caballería ucraniana penetrara en las líneas enemigas. Una vez dentro, los ucranianos embolsaron a las tropas enemigas que no tuvieron más remedio que rendirse.

Con esta táctica, Ucrania recuperó un total de 60 572 kilómetros cuadrados y ciudades tan importantes como Liman o Jersón.

Un soldado ucraniano ante el aeropuerto liberado de Jersón. Shutterstock / Mariia_Ua

Fase 5: Estancamiento generalizado y castigo a la población civil (12 noviembre – hoy)

La Segunda ofensiva ucraniana provocó la ira de Putin, quien reaccionó, por un lado, movilizando a 300 000 hombres y, por el otro, atacando con misiles a la población ucraniana, un hecho que jurídicamente es un crimen de lesa humanidad.

Ucrania se vio obligada a concentrar sus esfuerzos internacionales en la consecución de baterías antiaéreas con las que proteger a su población.

En el campo de batalla, en esta quinta fase, Rusia ha concentrado sus esfuerzos en Soledar, Bajmut y Vuhledar (Donbás), donde, si bien casi no ha logrado recuperar territorio, sí que ha registrado muchas bajas, las más elevadas desde el comienzo de la invasión.

Ahora mismo el futuro de la guerra se está jugando fuera del campo de batalla, en los despachos y en los centros de entrenamiento.

Si los ucranianos logran convencer a los europeos de que lo que está en juego es algo más que el futuro de Ucrania, Europa seguirá siendo el continente de la libertad. De lo contrario, el viejo continente volverá a un periodo tan oscuro como la Edad Media.

Alberto Priego, Profesor Agregado de la Facultad de Derecho- ICADE, Departamento de Dep. Público. Área DIP y RRII, Universidad Pontificia Comillas