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¿Quién es el inmigrante en España? Una radiografía del “otro”

¿Quién es el inmigrante en España? Una radiografía del “otro”
Rawpixel / Shutterstock

Alberto Ares, Universidad Pontificia Comillas y Cecilia Estrada Villaseñor, Universidad Pontificia Comillas

La realidad migratoria en las últimas décadas conforma una España diversa. Según datos del INE, de los casi 47 millones de personas que residen en nuestro país, cerca de siete millones son de origen inmigrante: 4,7 millones tienen nacionalidad extranjera y 2,2 millones nacieron en el extranjero pero tienen nacionalidad española. Se supone que un 14% de la población que desde comienzos de este siglo convive y refuerza nuestro mercado laboral, paga sus impuestos y da un respiro a nuestro sistema de pensiones, entre otras cosas.

La población española sigue envejeciendo y decreciendo, pero repunta en números absolutos gracias a la inmigración. En el primer semestre de 2018, el saldo migratorio positivo de 121.564 personas compensó un saldo vegetativo negativo de 46.273 personas.

Saldo migratorio (2008-2018) INE. Datos provisionales a 1 de junio de 2018 (los datos aparecidos en la tabla del 2018 corresponden solo al primer semestre del año).

El auge, por parte de unos sectores, de un discurso social y político que instrumentaliza la inmigración como un chivo expiatorio de los males sociales en España, está cambiando la visión que algunos sectores de la sociedad tienen sobre la realidad migratoria. En algunos contextos parece que quien hace más ruido se lleva el gato al agua, sin importar si lo que se dice es verdad o no.

Desde el Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones trabajamos para investigar este tipo de cuestiones de manera continuada en el tiempo. Partimos del hecho de que no hay países que no cuenten con inmigrantes como parte de su sociedad, y de que en la actualidad, como le ocurre a España, es irreal plantear un futuro social sin ellos.

Son pues, la globalización, la instrumentalización política y la viralización en los mensajes de las redes sociales, entre otros, los causantes de la difusión de un discurso polarizado y extremista que tiene como objeto generar miedo. El imaginario de la invasión y la carga simbólica de la frontera son elementos que en diversos rincones del mundo dan cuenta de estos hechos.

Pero, ¿sabemos quiénes son? ¿Por qué vienen? ¿Qué buscan? ¿Dónde viven? A continuación, comentaremos brevemente algunas de estas cuestiones basadas en nuestras investigaciones.

Quiénes son y dónde viven

Como dato curioso, las personas en movimiento alrededor del mundo no superan el 3% desde hace más de 50 años. Este número es lo único que no se mueve, aunque la percepción sea distinta.

La radiografía de la inmigración en España nos dice que las personas inmigrantes provienen mayoritariamente de América Latina y del norte de África, junto a personas de Europa del Este, y con una menor presencia de comunidades del continente asiático y del resto de África. En los últimos años los conflictos armados y los desplazamientos medioambientales han provocado una llegada mayor de solicitantes de asilo desde Siria, diversos países del África subsahariana, Venezuela, Colombia o Centroamérica, entre otros.

En concreto, en la primera mitad de 2018, el incremento fue de 100.764 personas hasta un total de 4.663.726 extranjeros. En cuanto a las principales nacionalidades, los mayores incrementos se dieron en la población venezolana (18.749), colombiana (16.794) y marroquí (10.356); y los mayores descensos en la de Reino Unido (-4.318), Ecuador (-3.205) y Rumanía (-2.364).

Si hablamos de género, durante el primer semestre de 2018, las mujeres inmigrantes superaron por primera vez a los varones con un 51%, frente al 49%. En cuanto a la población de origen migrante, el 52% son mujeres y un 48% hombres. Asimismo, la población inmigrante es más joven que la nacional, con tasas de natalidad más elevadas.

Población de origen inmigrante por sexo (2018). Población de origen inmigrante por sexo (2018).

La población creció en el primer semestre de 2018 en nueve comunidades autónomas y se redujo en las ocho restantes, así como en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Las Islas Baleares (0,83%), Comunidad de Madrid (0,58%) y Canarias (0,53%) presentan los mayores incrementos. En el otro extremo, se encuentran la ciudad autónoma de Ceuta (-0,35%), Castilla y León y el Principado de Asturias (-0,32% ambas), con los mayores descensos de población. En términos relativos, seguimos la tendencia de crecimiento iniciada en 2016, con un incremento del 0,43% durante el primer semestre del 2018.

Integración y cohesión social

Según varios estudios, los niveles de integración y cohesión social se han visto muy mermados en los últimos años.

El Fondo de Integración ha sido nulo prácticamente desde la crisis. De hecho, el último Plan Estratégico de Ciudadanía e Integración (PECI) data del periodo 2011-2014.

La Comisión Europea ha alertado a España por la elevada desigualdad y niveles de pobreza, que afectan de manera especial a la población de origen migrante.

Es necesario dotarnos de un Fondo de Integración y, sobre todo, implementar un Plan Nacional de Integración y Cohesión Social. Solamente desde una mirada integral podremos responder de forma conjunta a esta realidad social, dando participación tanto al gobierno central, como a las administraciones regionales y locales, junto con la sociedad civil.

La secretaria de Estado de Migraciones, Consuelo Rumí, considera necesaria y viable la llegada de 270.000 inmigrantes anuales hasta 2050, para atender las demandas del mercado laboral español, según reclaman organismos financieros y expertos.

La realidad descrita y diversos estudios demuestran que la inmigración es una gran oportunidad y riqueza para nuestras sociedades cada día más entradas en años.

Vivimos en una España diversa desde hace décadas. Como sociedad podemos mirar hacia otro lado, incluso alimentar un discurso nacionalista y xenófobo, o bien apostar por un futuro donde convivir juntos y sacar lo que cada uno puede aportar. No hace mucho, fuimos nosotros quienes comenzamos el viaje, ¿se nos ha olvidado?

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